SE DEBATE SI EL TERRITORIO ESPAÑOL DEBE PASAR A SEMÁFORO ROJO. Gran Bretaña debate si el verano en España se acaba, los datos de los contagios que están teniendo lugar en el Mediterráneo alarman a las autoridades británicas Los científicos entregaron este viernes un informe que advierte del peligro de los viajes de vacaciones este verano. El Daily Mail publica este sábado una larga noticia en la que explica el debate que está teniendo lugar en el seno del Gobierno británico con el turismo hacia España, Italia y Grecia. El periódico refleja todas las posturas existentes, que demuestran un estado de gran confusión.

Por un lado, los datos de los contagios que están teniendo lugar en el Mediterráneo alarman a las autoridades británicas, por lo que algunos ministros exigen que en la próxima revisión del semáforo, la semana que viene, se adopten medidas más contundentes. En realidad, se habla de que España y los otros países pasen a semáforo rojo, de manera que todos los que regresen, sea cual sea su nacionalidad o estado de vacunación, tengan que encerrarse en un hotel suministrado por el estado, pagando 2.000 euros por los días de encierro.

Al mismo tiempo, Francia, cuyos viajeros tienen la obligación de encierro y confinamiento en sus casas cuando llegan al Reino Unido, sea cual sea su estado de vacunación, dejaría de estar en esta situación que prácticamente bloquea los viajes. Además del volumen de casos en el Mediterráneo, preocupa mucho la variante sudafricana (la Beta) que estaría ya presente en Italia y España.

Esta postura, de ir preparando a los viajeros para este cambio, se habría ya acordado, aunque no puesta en marcha. Sin embargo, este cambio no tiene apoyos unánimes. Algunos ministros, entre ellos el de Transportes, Grant Shapps, habría dicho que ni siquiera hay suficientes hoteles contratados para atender la demanda que se generaría si se introdujeran estas restricciones.

También hay alarma porque esto sería otro golpe durísimo para el sector del transporte y el turismo, fuertemente castigado por las restricciones pero especialmente por las variaciones en las normas, que han convertido el verano en un suplicio.

Los científicos entregaron este viernes un informe que advierte del peligro de los viajes de vacaciones este verano. Según estos datos, un 2,9 por ciento de los ingleses que llegaron de España entre el 1 y el 21 de julio dieron positivo por Covid. Otros expertos en turismo han indicado que “no es posible que se adopte la decisión de poner a España en la lista roja.

Simplemente sus consecuencias son tales que sería inimaginable”. Lo normal es que el jueves 5 se anuncie el nuevo semáforo y entre el vigor el lunes 9 a las cuatro de la madrugada. Informa Preferente.com y edita la Agencia Manacor Noticias.

Por Javier Mato: Estamos tan cerca de la realidad que no llegamos a verla en toda su intensidad: dos veranos después de la aparición del coronavirus, el sector europeo del transporte y del turismo sigue operando apenas al veinte por ciento de su capacidad, acumulando pérdidas millonarias. Cuando apareció el virus, Michael O’Leary, el director general de Ryanair, dijo que tenía una liquidez de cuatro mil millones de euros que le permitirían sobrevivir cuatro años a la pandemia. Nadie ni en sueños pensaba que aquello pudiera tener alguna verosimilitud. ¿Cuatro años de pandemia? Pero si España nos mandó al primer confinamiento diciendo que serían quince días.

Sin embargo, ese escenario de horror está demostrándose más cercano a la realidad que lo inicialmente previsto. Estos días, hemos visto cómo los grupos IAG o Air France-KLM admitían que sus aviones siguen en tierra esperando tiempos mejores. Hay alguna recuperación en vuelos de corto radio, pero tampoco suficiente para poder hablar de una temporada normal.

En menor medida, el mundo de la intermediación turística y del alojamiento, dependiendo de los lugares, está sufriendo el impacto de una pandemia que no termina de remitir sea por la dificultad en el combate, sea por los errores en la gestión, sea por las variantes que viven introduciendo nuevas incertidumbres.

Así, pues, a día de hoy, Europa puede decir que el único sector económico que sigue sufriendo casi de frente la crisis es el transporte y el turismo, con diferentes niveles de intensidad. Las empresas están haciendo esfuerzos tremendos pero va siendo el momento de que la Unión Europea aborde este aspecto particular de la crisis con una visión de conjunto.

No es aceptable que los hoteleros españoles digan que no han recibido a día de hoy ayuda alguna del poder político, que las ayudas de la Unión Europea se van a dedicar a energías verdes cuando el turismo se muere, que empresarios italianos clamen al cielo por la desaparición de un riquísimo tejido mercantil que están virtualmente muerto, que apenas dos o tres aviones de cada diez estén hoy volando.

Vamos por el segundo verano, incluso hay perspectivas de que esto pueda empeorar y la mayor parte del coste de esta crisis está recayendo en los mismos. O se hace un plan global para abordar los problemas o los más espabilados, de los países con más recursos, terminarán por hacerse con un sector que nunca podía estar preparado para una crisis de estas dimensiones.