Editorial: Supe por un informe realizado por Cruz Roja Española y por Cáritas Diocesana, (ellos saben de cerca como está la pobreza en nuestro país) que 1.250.000 hogares tienen todos sus miembros en paro, ni tan siquiera desempleados, no reciben ni un triste céntimo. Supone más de 3,5 millones de personas. Como mínimo. Incomprensible que no les llegue el Salario Mínimo Vital, esa propaganda de la izquierda que solo se sujeta en los carteles y en los titulares de prensa, radio, TV. Se trata de más de 1 millón de habitantes que deben buscarse la vida cada día porque no saben como llenar la andorga. Y mucho menos atender las necesidades mínimas. Viven en la absoluta pobreza gracias a la solidaridad de otros.

No me lo puedo imaginar que te levantes y no tengas un triste mendrugo de pan para llevarte a la boca, y si tienen niños/as, debe ser un drama. Nadie se quedará atrás dijo el gran embustero y mira por donde 3,5 millones de compatriotas no tienen donde caerse muertos y al menos otros 2 millones son pobres de solemnidad atrapados en subsidios de hambre, colas interminables semanales, y socorro de ONGS que se desviven por sus semejantes. Pero tampoco nada llega a sus domicilios, quienes tienen. De eso debe hablar la izquierda, llevamos dos años del Gobierno de salvación y nada ha cambiado, hay novedades si, ERC siguen cuidando el pesebre de Cataluña y todo el poder establecido, lo mismo que el PNV en el País Vasco.

El resto del poder político sin novedad, los mismos pobres o más, igual sueldo o menos, todas las estrecheces para llegar a fin de mes, y sube la deuda hasta cotas nunca vistas. Pasarán decenas de años para poder pagar lo que debemos a los que carecen de corazón, esos hombres de negro que ya han intervenido España y por supuesto las ricas comunidades autónomas, denominadas históricas. A las cuales cada mes hasta les pagamos lo que no está escrito. Y que hacen los políticos, esos que se gastan entorno a 28.000 millones de euros para mantenerse en pie, nada de nada, ninguno. Por eso muchos/as no votarán a ninguno de los anteriores. Les preguntan que van hacer y hablan del tiempo, del fascismo, comunismo, libertad, sexualidad, y se llenan ala boca de España. Incluso la vaciada y abandonada.

Para que sirven los políticos, si cada Gobierno hace lo mismo y genera mayor déficit. Luego salen los sindicatos, ese brazo contagiado de ayudas millonarias y subsidiados, inyectado de subjetividad y piensan que nos vamos a creer sus cuentos. No me extraña que muchos/as han perdido la fe en los políticos, sindicatos, patronal intervenida y demás interlocutores. Hechos y no palabras, por eso los conocemos. A peor cada legislatura. Los estadistas carecen de lo más mínimo, ignoran casi todo, solo desean ponerse en el lugar del otro y entre el buen sueldo y lo que afanare se termina la gestión. De 47 millones de personas, 10 lo pasan canutas y al menos a 20 los fríen a impuestos. Se paga dos veces el mismo servicio. La sangría es superlativa. Es hora de dar un golpe encima de la mesa y decir basta.

Conozco voluntarios de buen corazón, que no les sobra nada y sin embargo colaboran con alguna ONG, con dinero y trabajo. Sacan cada día adelante miles de personas sin importarles que color hay en el poder, rojo, azul, naranja, verde, morado. Ellos son los cimientos de esta crisis galopante y nociva. Hace tiempo que dejaron de oír el ruido que genera la política y todos sus satélites. Hace años que dejaron de militar y pegarse unos contra otros. Dejaron el rencor en casa, las tumbas del pasado y la demagogia. Ahora reman por llevar a muchas despensas lo mínimo vital y a los cuerpos desamparados ropa limpia de segunda mano. Hablemos de cosas serias, de mayores, que sumen para terminar con el drama, todo lo demás es humo, polvo y malas artes, y dejar de lado a quienes esperaban más de vosotros y vosotras. Ya no tienen espacio para la decepción, por lo menos dejar de molestar y robar lo que no es vuestro.